Gualeguaychú vibra noche y día al ritmo del Carnaval

Por: Laura Vaillard

¡Desde chica que adoro el carnaval! Me atraen las plumas, el brillo, los colores, la música, el baile y esa energía incontrolable que se viví desde el primer repiqueteo. Este año fue la tercera vez que fui al carnaval de Gualeguaychú, y nuevamente, la experiencia resultó diferente.

El primer año, lo experimenté estando de novia, alquilamos un departamento y fuimos a Solar del Este durante el día y al corsódrono por la noche.

El segundo año me fui en carpa con unos amigos y nos quedamos en el camping la Morena por aquel entonces (hoy en día BKN) y todas las noches bailamos en la playa y en la calle disfrutando de nuestra soltería.

Este año, por su parte, jugamos de locales y nos quedamos en la casa de una gran amiga de Gualguaychú, fuimos al corsódromo y salimos por los bares de la Costanera. Todavía me falta experimentar qué se siente bailar por el corsódromo, pero por el resto, creo que ya viví las diferentes variantes del Canrnaval de Gualeguaychú.

Aunque el escenario es muchísimo más pequeño que el Sambódromo de Rio de Janeiro, por lo que resulta un poco menos impactante, los trajes y el despliegue no tienen mucho que envidiarle. Además, al ser un lugar más pequeño, uno se siente más cerca de los bailarines y hasta puede acercarse a tocarlos y sacarse fotos con ellos. La cercanía también permite disfrutar más de cada uno de los detalles.

Como saben, en Gualeguaychú existen cinco agrupaciones: Marí Marí, O’Bahía, Ara Xevi, Papelitos y Kamarr. Todos los años despliegan su creatividad y color la comparsa ganadora y dos más que van rotando, para disputar quién volverá a repetir su hazaña el próximo año y quiénes mirarán el show desde las gradas.

En esta oportunidad, danzaron por la pista Kamarr, la comparsa de la comunidad armenia que se consagró campeona por segundo año consecutivo seguida por Papelitos y por último O’Bahía.

Cuando leí estos resultados me llamaron mucho la atención ya que O’Bahía, con su temática lúdica me había parecido muy original y su canción fue la que más sentí y bailé. Por parte de Papelitos, sentí que como la canción tenía un ritmo muy variado costaba mantener el espíritu arriba y la temática de la fantasía me pareció muy trillada al tratar la conquista de América y los grupos aborígenes. Además, la noche que fuimos, tuvieron muchos problemas técnicos. Con respecto a Kamarr, como llegamos tarde, solo pudimos ver un pedacito y por lo tanto no sería correcto opinar al respecto.

Al vivir la fiesta “como local”, pude escuchar cómo viven ellos el carnaval y encontré una cierta contradicción ya que por un lado se quejaban de que este año recibieron menos turistas que años anteriores, pero por otro lado los precios eran excesivos lo que espanta al turista. Por ejemplo, una Coca-Cola de 2 Litros que en Buenos Aires sale aproximadamente $17 en el supermercado, costaba $21 en el súper de Gualeguaychú y la entrada general popular costaba $150, un precio elevado y que lleva a que el público dude en ir a disfrutar del espectáculo más de una vez.

Habiendo dicho esto, el ritmo se siente a todo momento y cada verano, Gualeguaychú vibra de día y de noche al ritmo del Carnaval del País.

Si les gusta el baile y la fiesta, les dejo las canciones para que puedan revivir el Carnaval en cualquier momento: La música del carnaval 2014.

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