La garganta del diablo jujeña

 

Texto y fotos: Laura Vaillard

Cuanto más viajo dentro de Argentina, más me lamento por la falta de originalidad de las personas que nombraron los íconos geográficos del país. No sé si pasa lo mismo en otros lugares, pero en Argentina tenemos la los Valles Encantados en el noroeste del país y al sur en la zona de Bariloche, y la Garganta del Diablo en las Cataratas de Iguazú en Misiones, en Salta y en Jujuy.

Mientras que la Garganta del Diablo de Misiones me dejó atónita (es más, creo que es uno de los lugares más impresionantes del mundo), la Garganta de Jujuy prácticamente no llamó mi atención. Puede ser que haya sido porque fuimos en época de sequía, o tal vez porque al lado de la Garganta más conocida, la de Tilcara resulta un salto insignificante. Si uno baja la escalera, además de la catarata puede ver una profunda incisión en la roca que es lo que le da el nombre al lugar.

Uno puede llegar allí caminando (es un trayecto de 4 kilómetros y debido a la pendiente el trekking dura aproximadamente 4 horas) o el auto.

En nuestro caso, conocimos a un chico en el hostel, José de Rafaela, quien se ofreció a llevarnos en el auto a través de un sinuoso y angosto camino de ripio. El camino es muy vistoso y pintoresco; mucho más interesante que el destino final que no impresionó menos de lo que esperábamos.

Sin embargo, investigando un poco en Internet, encontré unas fotos de los chicos e Latitud-Cero que muestran un lugar asombroso: parece que la clave está en descender por la garganta y sumergirse en la roca.

Como no pudimos ver esto personalmente, nos conformamos con descansar y tomar mate con vista a la quebrada.

Este post forma parte del recorrido 1:

Tilcara, Cuevas de Wayra, Pucará de Tilcara, Purmamarca y Salinas Grandes.